En la vida existen instantes que se pueden considerar como desviaciones en la línea temporal de nuestra existencia, generados por decisiones propias o no, y que consiguen variar considerablemente el trazo recto que hasta ese momento se dibujaba en nuestro camino…
Esos momentos son relativamente fáciles de identificar en el tiempo; te detienes unos segundos, cierras los ojos, y pones en marcha tus neuronas, a la búsqueda de “grandes” recuerdos… aquellos que detectas haciendo un ejercicio de “y si hubiese optado por…” o “y si aquel desastre no hubiese pasado…”, y analizándolos detenidamente concluyes que tu vida sería radical, o al menos considerablemente diferente, en base a la opción que elegiste o a la situación que te sobrevino.
La elección de los estudios a realizar, una importante entrevista de trabajo, tu tercer cigarro, un accidente de tráfico, un beso inesperado, aceptar una raya de coca, una discusión extrema, la muerte de un ser muy cercano…
Son eventos que si piensas en una variación del mismo puedes fácilmente, con algo de imaginación, ver tu vida muy cambiada; una línea paralela trazada en el papel de tu existencia…
Se lo explicó a Marty McFly en su día, el genial excéntrico Doc Emmet Brown en “Regreso al futuro II”, y lo plasmó con gran acierto el guionista y director Eric Bress en “El Efecto Mariposa”.
Si presumes de imaginación, no te prives. Sitúate sobre tus recuerdos y dales forma a tu gusto. Genera tu propia línea temporal en base a variaciones creadas por tu retorcida mente, y disfruta de un nuevo presente paralelo… siempre será mejor que dejarle las riendas a los sueños, que tal y como dijo Freíd, no dejan de ser “realizaciones disfrazadas de deseos reprimidos, censurados por nuestro subconsciente”, menos moldeables al fin y al cabo…
Recuerda, nuestro destino es la suma de nuestras decisiones y las ídem de lo ajeno...
Trazad la línea con cuidado…